La amapola, conocida científicamente como Papaver rhoeas, es una planta de porte herbáceo que puede llegar a superar los 50 cm de altura. Se trata de una especie anual o, dicho de otro modo, en el curso de un año esta planta germina, florece y muere.
La amapola, como muchas otras especies vegetales, presenta diversos componentes que empleados correctamente pueden convertirse en beneficiosos para la salud de las personas.
Esta planta se puede usar como tratamiento tanto interno como externo. Destacan las siguientes aplicaciones:
- Es perfecta para combatir el insomnio. Probablemente sea el uso más común que se le da a las amapolas. Presentan propiedades hipnóticas y sedantes por lo que son perfectas para tratar problemas nerviosos y de insomnio.
- También se aplica para mejorar el asma. Los preparados con esta planta tienen efectos positivos en el aparato respiratorio, por lo que son beneficiosos para las enfermedades relacionadas con ello.
- Es capaz de aliviar la tos y los resfriados.
- Disminuye los efectos de la conjuntivitis al frotar los ojos con una infusión de sus flores (siempre y cuando esté bien filtrada).
Si has decidido utilizar esta especie para tratar algunas de las afecciones citadas, te recomendamos que lo hagas de forma prudente y en caso de duda pedir consejo a un profesional. Aunque no tiene efectos secundarios problemáticos, una mala ingesta siempre es sinónimo de riesgo.
Pero los usos de esta planta no sólo están relacionados con la medicina. Sus flores combinadas con las de otras especies son empleadas en la elaboración de perfumes.
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